Mis rodillas

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martes, 30 de agosto de 2016

La chica de las seis de la mañana



LA CHICA DE LAS SEIS DE LA MAÑANA

La chica de las seis de la mañana
ya ha aprendido
que puede sólo mirar la carta,
marcar los platos que le apetecen,
sonreír cercana
y esperar que antes de que cierre
la subasta
no haya una puja mejor
-no la hay más alta-.

La chica de las seis de la mañana
ya ha aprendido
que fijarse a las cuatro
lo que acepta
no garantiza más que no llevarse
nada que no quiera
en el remate.

La chica de las seis de la mañana
sigue cantándose
¿qué hace una chica como tú en un sitio como éste? 
pero sabe
que hay días que jugar
es necesario
por no perder el ritmo, 
sólo es eso.

La chica de las seis de la mañana
-que a veces son las cuatro y aún las doce
o las ocho de la tarde,
según mercado y noche
varía la hora del ajuste y cierre-
sabe ya que lo que más fastidia
no es cuando gana la subasta una mejor oferta.
Lo que de verdad jode es
cuando la ganadora es
una puja peor.