Los hambrientos no tenemos dignidad
Recogemos el pan de la basura.
Elegimos no vendernos
pero perdimos.
Y ahora,
besando el pan que recogemos
sabemos que ya da igual
que podrán hacer lo que quieran
[con
nosotros.
Ya nos robaron la última
-el
último respeto en el último rechazo-.
Da igual lo que nos pisen
lo que nos pasen
La miseria y las hambres
nos han robado el alma
el último ruego nos quitó ya todo.
El postrer gesto eterno de estirarnos
es sólo una
costumbre física
de caídos.
141215
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